Es más que oportuno que mi interés por mi cuidado personal naciera mientras trabajaba en el mundo de los sistemas informáticos, con jornadas totalmente desequilibradas, insalubres y completamente locas. Lo digo en serio. Creo que el 90% de esta industria está lidiando con la ansiedad, la depresión y quién sabe qué más.

Ahí es donde me dirigía. Pero pensé que tenía una vida “suficientemente buena”. No pensé demasiado en si mi sistema inmunológico estaba más bajo que el promedio, en los mareos debido a la ansiedad, en los dolores musculares, el insomnio, o en el hecho de que mis intestinos siempre estaban haciéndose sentir. Era reconocida por mis largas jornadas laborales, mis dolores de cabeza, y mis cambios de humor repentinos.

Es así, que inició un recorrido por el mundo de la alimentación natural. Y empecé a prestarle atención a lo que comía, a mis horas de descanso, a la actividad física, y a mis emociones. 

Me enteré que mi abuela siempre tenía problemas para digerir los lácteos, así que experimenté eliminándolos de mi dieta, e incorpore alimentos integrales y orgánicos. ¿Y adivina qué? Funcionó. ¡Mis síntomas de intestino irritable mejoraron… y también mi actitud y humor y ni hablar de mis niveles de energía! Te quiero decir, que no es fácil ser la alegría de la casa cuando tus cuerpos (físico, emocional y mental) están atados de pies y manos.

Luego, eliminé el azúcar. Después de unas semanas recuerdo claramente que pensé:

“¿Así es como se siente la felicidad?”

Ahora como algo de lácteos, preferentemente queso de cabra y algún postrecito elaborado con cariño y atención a sus ingredientes.  Creo en un estilo de vida limpio, liviano y sin químicos. Es una de mis máximas: lo que funciona para una persona no funciona para todos. Así que olvídate de las dietas de moda, las privaciones y las medidas extremas.

Yo escucho a mi cuerpo, y quiero que vos escuches al tuyo. (Tu vida mejorará como la mía, de una manera que ni siquiera puedes imaginar ahora mismo.)

Ya no sufro de mareos debilitantes. Los síntomas de colon irritable han desaparecido. En lugar de la medicación para la depresión que una vez me recomendó un terapeuta, continúo buscando y observando mi alimentación y mis cuidados personales para mantenerme en equilibrio. Me despierto en la mañana lista para disfrutar del mundo aceptando todos los desafíos que se me presentan.

En 2005, dejé mi trabajo en sistemas e inicié este recorrido en el cual me forme con los mejores y obtuve la certificación como Integrative Nutrition Health Coach a través del Institute for Integrative Nutrition.

Desde entonces, he caminado junto a cientos de personas de todo el mundo para que, a través de sus propias vivencias, cambien sus vidas, utilizando la comida y un estilo de vida holístico como catalizador.

Actualmente, tengo el programa Brilla, en el que, con encuentros quincenales, y durante 8 semanas, avanzamos hacia una transformación radical de la salud y de la forma en la que vemos la vida.

Pero sobre todo, soy una esposa que intenta cocinar comida sabrosa, nutritiva y real para llevar a la mesa todos días, una madre, de dos varones ya adultos y de una niña de 13 años que se mueve entre lápices y dibujos, la escuela, deportes y pijamadas, una mujer que se empodera día a día y una Health Coach que trabaja a horas algo extrañas.

Entiendo a lo que se enfrentan y estoy aquí para decirles que el cambio positivo está enteramente y absolutamente 100% a su alcance.