¿Puede el aceite de coco no ser tan conveniente?
Aunque cada vez estoy más convencida de que consumir cantidades modestas (no más de dos cucharadas diarias) de grasas saturadas naturales como el aceite de coco virgen no es peligroso, sigo recomendando el aceite de oliva de primera presión en frio, las nueces o las paltas como las principales fuentes de grasa en la dieta. El resultado final es que el aceite de coco tiene un 82 por ciento de grasas saturadas y puede ser tan malo para el corazón como otros aceites ricos en grasas saturadas, como la manteca, la grasa de la carne de vaca y el aceite de palma, que deben consumirse con moderación, ya que el exceso de grasas saturadas puede elevar los niveles de colesterol LDL ("malo").
Aunque es posible que el aceite de coco sea menos dañino que otras grasas saturadas, lo uso más en mi piel que en mi dieta. Aunque prefiero los productos para el cuidado de la piel con actividad antiinflamatoria natural, algunos componentes del aceite de coco han sido estudiados por sus beneficios tanto para la piel como para el cabello.
El ácido láurico que se encuentra en el aceite de coco está disponible en una amplia variedad de productos para el cuidado de la piel y el cabello, incluyendo limpiadores corporales y faciales, jabones y protectores solares. La investigación clínica apoya la seguridad de estos productos en general, y la utilidad del aceite de coco para ayudar a hidratar la piel en particular, pero para ingerir… no lo usaría tanto…
Además, siempre prefiero pensar que mi alimentación, y los productos que utilizo, contribuyen a tener mejores condiciones para el planeta y todos los que los habitamos, y el aceite de coco deja mucho que desear en cuanto al cuidado de la Pachamama...