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El dulzor en nuestras comidas y en nuestras vidas

El dulzor en nuestras comidas y en nuestras vidas

El sabor dulce es algo que nos encanta a todos. Es el sabor de la leche materna, es un sabor que nos reconforta, nutre y relaja. Es esperable que sea el sabor que buscamos por la tarde luego de una jornada estresante y densa…

El dulzor en nuestras comidas y en nuestras vidas

El sabor dulce es algo que nos encanta a todos. Es el sabor de la leche materna, es un sabor que nos reconforta, nutre y relaja. Es esperable que sea el sabor que buscamos por la tarde luego de una jornada estresante y densa…

El inconveniente que tenemos hoy en día, es que dulce, en su forma de azúcar, o sea carbohidrato rápido, está en todo lo que compramos procesado. Este dulce, que está desprovisto de nutrientes, nos desmineraliza y por ende nos desequilibra. ¿A qué alimentos me refiero? Primero al azúcar de mesa, a la miel, a todos los procesados como jugos, gaseosas, bollería, galletitas, inclusive en lo salado, como son las carnes procesadas… a los tomates en lata… la lista.. es infinita. El objetivo de la industria alimenticia es hacernos adictos y que no podamos parar …

Lo que tenés que saber del azúcar es que es un alimento refinado, despojado de vitaminas y minerales, que para poder equilibrarlo cuando lo ingerimos usamos nuestro hierro, calcio, magnesio, fósforo, y vitaminas del grupo b. Esto nos desmineraliza, llevándonos a la tan consabida acidificación del medio interno, con el consiguiente deterioro de nuestra energía vital.

¿Entonces como podemos lograr dulzor sin desmineralizarnos? Primero aclaremos que cuando hablo de dulzor, me refiero a los cereales integrales, frutos secos, batatas, zanahorias, cebollas en cocciones lentas, frutas y endulzante sin refinar. Ellos no están refinados y contienen ellos mismos los nutrientes que necesitamos para metabolizarlos, y por ende no nos desmineralizamos nosotros. Estos carbohidratos complejos, lentamente, se degradan en glucosa y nos van proporcionando una energía estable, sin picos, lo que ayuda a que estamos centrados.

Pero para que lleguemos a preferir un budín de harina integral endulzado con pasta de manzana, tenemos que equilibrar nuestra alimentación, es decir, reducir los alimentos extremos, que son todos los procesados e ir incorporando cereales integrales, legumbres, frutas, verduras, verduras de raíz y redondas, es decir comida real a nuestras vidas.

Entonces, si, por ejemplo, luego de una cena temprana, tranquila y reconfortante, necesitamos un sabor dulce, recurriremos a una tarta de manzana o a un trocito de chocolate al 80 o 90% con unos dátiles o unos damascos turcos (en estos días te paso dos recetas por facebook e instagram) con una taza de té de marcela. No se trata de convertirnos en monjes y basar nuestra vida en prohibiciones. Si no de equilibrarnos para poder elegir lo que realmente nos nutre a todos los niveles de nuestro ser.

Así que sí, el dulce de calidad, es muy interesante que lo incorpores a tu vida.

Aparte quiero hacer varias preguntas…

  • ¿Cómo te generas dulzor en tu vida?
  • ¿Nutrís tu cuerpo emocional con una buena calidad de dulce a diario?
  • ¿En la cocina, te sentís totalmente satisfecha por el dulzor del un yamani con zanahorias y una cebolla caramelizadas?
  • ¿Tu estilo de vida incluye hábitos y actitudes mentales que te proporcionen el dulzor que necesitas?

El sabor dulce es algo que nos encanta a todos. Es el sabor de la leche materna, es un sabor que nos reconforta, nutre y relaja. Es esperable que sea el sabor que buscamos por la tarde luego de una jornada estresante y densa…

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