Al ser horneadas, y no fritas, obtenemos una elaboración ligera, pero también sabrosa y diferente.
Estos chips de zanahorias o batatas, si te animas, pueden ser una buena alternativa cuando nos apetece darnos un capricho y comer algo informal, al tiempo que nos cuidamos. Al ser horneadas, y no fritas, obtenemos una elaboración ligera, pero también sabrosa y diferente.
La zanahoria es una raíz que acostumbramos a utilizar solo para hacer sopas, guisos o ensaladas, y es poca la gente que la utiliza para elaborar otro tipo de recetas. Así que hoy aprovecho para contarte que es un ingrediente fantástico para incorporarlo en todo tipo de recetas, tanto dulces como saladas. Su riqueza en minerales y vitaminas, entre ellas el ácido fólico o vitamina B9, la hacen perfecta para las mujeres en edad de gestación. Es baja en calorías, muy fácil de digerir, y su alto contenido en fibra nos ayudará a saciarnos y a prevenir el estreñimiento.
Para acompañarlas, he preparado una salsa con una base de palta, y un toque de miel y ajo. Esta salsa aportará a nuestro organismo grasas saludables y una cremosidad que las hará mucho más sabrosas. El toque de sal gruesa por encima a la hora de servirlas le queda genial... ¡no te olvides de añadirlo!
Ingredientes:
2 zanahorias grandes
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 cucharadita de ajo en polvo
1 pizca de sal
Para la salsa:
2 paltas maduras
4 cucharadas de jugo de limón
4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 diente de ajo picadito
2 cucharadas de yogur de soja sin endulzar o simplemente agua
1 cucharadita de vinagre de manzana
1 cucharadita de miel
Preparación:
Lavar y pelar las zanahorias. Cortarlas en forma de chips. Echarlas en un bol y añadir las 2 cucharadas de aceite, el ajo y una pizca de sal. Remover bien para que se unten todas.
Precalentar el horno y preparar la salsa batiendo todos los ingredientes de la lista. Reservar.
Echar las chips de zanahoria en una bandeja de horno forrada con papel antiadherente, extenderlas bien y hornearlas a 200 ºC durante unos 20 minutos o hasta que estén doradas.
Servir calientes, con sal gruesa por encima, junto con la salsa de palta.
Nota:
Seguramente te sobrará salsa, que podrás guardar en un tarro bien cerrado en la heladera y utilizar para aderezar alguna ensalada al día siguiente.