Tips nutricionales para promover la inmunidad
Publicado el Viernes, 7 Jul. 2023
En estos tiempos de coronavirus, neumonías y otras plagas que nos azotan ( son los virus/bacterias o es el terreno?), te comparto mi botiquín para tener mi sistema inmunológico, y el de mi familia al tope!
En estos tiempos de coronavirus, neumonías y otras plagas que nos azotan ( son los virus/bacterias o es el terreno?), te comparto mi botiquín para tener mi sistema inmunológico, y el de mi familia al tope!
Todos estamos expuestos a los microorganismos y, sin embargo, unos enfermamos y otros no.
¿Qué es lo que determina la posibilidad de adquirir una infección y enfermar?
Lo que marca la diferencia es la condición o el estado de nuestras células y tejidos, y de nuestra inmunidad todo lo cual marcará el estado biológico y energético de la persona, es decir, el terreno con que se encuentre el microorganismo patógeno.
La inmunidad así, además del número de leucocitos o células blancas que se ven en un análisis de sangre, también depende, desde el punto de vista energético, según la medicina tradicional china, de una pantalla defensiva (Wei Qi) que posee el organismo para impedir la entrada de energía y patógenos externos. Esta pantalla está en función, a su vez, de la energía de que disponga el organismo.
Vitaminas y minerales que participan en el funcionamiento del sistema inmunitario:
Vitamina D
Para que las células T (glóbulos blancos) del sistema inmune detecten y eliminen patógenos extraños como grupos de bacterias o virus, primero deben 'activarse' y 'transformarse' de células inmunes inactivas e inofensivas en células asesinas preparadas para buscar y destruir dicho patógeno.
Numerosos estudios concluyen que la vitamina D está involucrada en dicha activación y que las personas con deficiencia de Vitamina D pueden ser susceptibles a la infección.
Esta vitamina se forma en la piel en respuesta a la exposición a la luz solar, siempre que se produzca eritema, rojez en la piel, tras haber estado un mínimo de 20/30 minutos. La mayoría de los filtros solares impiden su formación. Luego debe activarse correctamente en Hígado y Riñón. También se encuentra en algunos alimentos, como germen de trigo o champiñones.
En caso de carencia es recomendable su suplementación y adquirir niveles suficientemente altos, siempre bajo supervisión médica.
Vitamina A
La vitamina A es un micronutriente crucial para mantener la visión, promover el crecimiento y el desarrollo y proteger la integridad del epitelio y las mucosas en el cuerpo. Está involucrada en el desarrollo del sistema inmune y juega un papel regulador en las respuestas inmunes celulares y los procesos inmunes humorales. Tiene funciones promotoras y reguladoras tanto en el sistema inmune innato como en la inmunidad adaptativa; por lo tanto, ayuda a mejorar la función inmune del organismo y proporcionar una defensa mejorada contra múltiples enfermedades infecciosas.
Se obtiene mediante la alimentación adecuada. Una suplementación no supervisada puede resultar tóxica.
Fuentes de Vitamina A y/o Betacaroteno, su precursor: verduras de hoja verde, hortalizas como brocolí (sobre todos las hojas), kale, calabaza, zanahoria, calabacín, alga nori.
Vitamina E
La vitamina E es un potente antioxidante que protege los ácidos grasos poliinsaturados en la membrana celular y tiene la capacidad de modular las funciones inmunes del organismo. Una deficiencia de vitamina E está asociada a un aumento de las enfermedades infecciosas y la incidencia de tumores. En contraste, un aporte superior tiene varios efectos beneficiosos sobre el sistema inmunitario. La disminución de la inmunidad celular por envejecimiento o durante una enfermedad inmune, mejora notablemente con la ingesta de una dieta alta en vitamina E.
Un estudio reciente determinó que el estrés oxidativo, que puede surgir en situaciones cotidianas como una infección o exposición a la luz UV, hace que las células inmunes sufran el mismo tipo de muerte que las células cancerosas. Altas dosis de Vitamina E pueden contrarrestar dichos efectos oxidativos.
Una dosis razonable puede ser de 200 a 400 UI/día de suplementación.
Los alimentos ricos en vitamina E son: frutos secos (avellanas, almendras y nueces) y semillas y aceite de germen de trigo, nuez o sésamo de primera prensión en frío. También son fuente de vitamina E las hortalizas de hojas verdes, el brocolí y los cereales integrales.
Vitamina C
La vitamina C es un potente antioxidante, inmunomodulador, antimicrobiano y antivírico, que contribuye a la defensa inmune al apoyar diversas funciones celulares del sistema inmune innato y adaptativo. La vitamina C respalda la función de barrera epitelial contra los patógenos y promueve la actividad de eliminación de oxidantes de la piel, lo que potencialmente protege contra el estrés oxidativo ambiental. Pero las concentraciones de vitamina C en el plasma y los leucocitos disminuyen rápidamente durante las infecciones y el estrés, por lo que es recomendable asegurarse siempre buenos valores de esta vitamina.
Existen abundantes fuentes de vitamina C que podemos incluir en la dieta diariamente, ya que, al ser una vitamina hidrosoluble, no puede ser almacenada en nuestro organismo. Por otra parte, la suplementación de vitamina C es bien tolerada y segura, siempre que la función renal no esté comprometida.
La Vitamina C Liposomada tiene mayor absorción, aumentando su concentración en el sitio donde debe ser absorbida.
La Vitamina C en altas dosis, al ser administrada de forma intravenosa, es más efectiva que la oral, debido a una biodisponibilidad superior.
Podemos considerar fuente de vitamina C a los siguientes alimentos: frutillas, frambuesas, moras y arándanos, verduras y hortalizas frescas, hierbas frescas como perejil y albahaca también contienen altas dosis de Vitamina C.
Zinc
Se trata de un oligoelemento que actúa de forma efectiva en la defensa contra las infecciones, como neumonía, infección aguda del tracto respiratorio inferior o resfriado común.
El zinc juega un papel importante en la diferenciación y proliferación celular, es necesario para el funcionamiento óptimo de la inmunidad innata y adaptativa. Su deficiencia perjudica a la fagocitosis, la actividad de las células T (killers) y la generación de estallidos oxidativos , produciendo una alteración de la respuesta inmune y mayor susceptibilidad a las infecciones.
Se recomienda, como fuente de zinc, el consumo de granos integrales: avena, germen de trigo, levadura de cerveza, arroz integral, lentejas, semillas de calabaza, semillas de sésamo, almendras, espinacas, cebolla, algas, té.
La vitamina C y el Zinc trabajan sinérgicamente, ayudando al sistema inmune a combatir las infecciones, reduciendo la gravedad y la duración de las mismas.
Una dieta adecuada debe incluir todos estos nutrientes fundamentales, y otros no nombrados en esta breve introducción, pero incluídos en los alimentos recomendados a lo largo de este texto, como selenio, manganeso, magnesio, hierro, flavonoides, etc, para ayudarnos a tener una buena inmunidad.
La suplementación complementaria también puede ser de gran ayuda en según qué casos.
Otras sustancias inmunomoduladoras
Desde hace miles de años se conocen las propiedades inmunoestimulantes de hongos y plantas tales como, por ejemplo:
- Reishi (Ganoderma lucidum) y Coriolus Versicolus, los cuales contienen polisacáridos biológicamente activos pertenecientes principalmente al grupo de los betaglucanos. Estas sustancias aumentan la respuesta inmune del organismo y actúan sobre la inmunidad. Tienen un efecto antivírico.
- Astragalus membranaceum es una planta ampliamente utilizada en la Medicina Tradicional China como tónico para mejorar las funciones de defensa natural del cuerpo. Sus compuestos polisacáridos tienen propiedades antiinflamatorias, antivirales y efectos inmunomoduladores.
- Lapacho (Pau D’arco), se trata de una hierba antioxidante , antivírica y antiinflamatoria originaria de America del Sur, que incrementa la defensa celular para luchar contra infecciones
Desde el punto de vista de la Nutrición Energética, de las medicinas tradicionales, como la Medicina Tradicional China y la Ayurveda, existen además más plantas con efecto antivírico que pueden ayudar a la inmunidad.
Cuando exista riesgo de infección lo que debemos hacer es dar fuerza y coherencia a los tejidos, darles factores de contracción, y no tomar alimentos que sean de naturaleza extremadamente fríos o expansivos, como endulzantes simples, solanáceas, crudos, fruta, refrescos, jugos de frutas, pasteles, fritos... Asimismo, deberemos evitar que los tejidos se acidifiquen, pues justamente es en los medios ácidos donde los gérmenes pueden proliferar mejor. La mayoría de los alimentos ricos en proteína y grasa animal, como la carne, lácteos, huevo y otros como los azúcares simples y los cereales refinados, producen acidez.
Si hace frío y tomamos productos de naturaleza fría nuestro organismo y en especial la zona pulmonar y digestiva se desvitaliza, con lo que se convierte en terreno abonado para la gripe o las infecciones respiratorias.
Para prevenir y tratar las infecciones deberemos consumir alimentos energizantes, contractivos, alcalinizantes y de naturaleza neutra, tibia o caliente, que tonifiquen la zona abdominal y linfática y el pulmón y drenen los emuntorios o zonas de eliminación —hígado, riñón, intestinos, linfa— y que refuercen la energía del organismo.
Así en general, es recomendable incorporar a la dieta, además de los alimentos ya nombrados, cereales integrales como trigo sarraceno, mijo y arroz integral, legumbres como adukis, lentejas, judías pintas, alubias y soja, y semillas de sésamo, girasol y calabaza. Los frutos secos, menos contractivos que las semillas, deben tomarse en pequeñas cantidades y preferentemente ligeramente tostados, acompañados de cereales.
La ingesta de caldos e infusiones calientes, pueden ayudar a la eliminación de virus termosensibles.
Ume-Sho-Kuzu
El kuzu con ciruela de Umeboshi (Ume-Sho-Kuzu), es un remedio oportuno para reforzar la energía general, digestiva y defensiva, y además alcalinizar la sangre.
El kuzu es un almidón obtenido de la raíz de la planta Pueraria Lobata. Entre sus multiples propiedades, destacamos: revitalizante, antigripal, prebiótico, antiinflamatorio intestinal, analgésico.
Por su parte, la ciruela de Umeboshi, es el fruto del arbol Prunus Nume, secado al sol y fermentado con sal y hojas de shiso, un mínimo de dos años. Tiene propiedad revitalizante, alcalinizante, remineralizante, antialérgica, detoxificante, antianorexico y hepática.
Fuente: Dr Perez Calvo
En estos tiempos de coronavirus, neumonías y otras plagas que nos azotan ( son los virus/bacterias o es el terreno?), te comparto mi botiquín para tener mi sistema inmunológico, y el de mi familia al tope!