Una cintura ancha no es muy bien vista por razones de estética y moda, pero mucho más allá de estas cuestiones, la circunferencia de la cintura puede ser un indicador del estado de salud general de una persona.
Los hombres con una cintura mayor de 94 cm y las mujeres con circunferencias mayores a los 80 cm tienen un riesgo incrementado de padecer diabetes mellitus tipo 2, hipertensión y elevación en su nivel de colesterol.
El cuerpo humano acumula grasa en diferentes partes. Es bien sabido que un exceso de grasa se relaciona con un mayor riesgo de enfermedades crónicas. Pero no toda la grasa es igualmente peligrosa. La medición de la circunferencia de la cintura puede servir para clasificar el patrón de acumulación de grasa en:
Central, abdominal o androide. También llamada patrón de obesidad “en forma de manzana”. Se considera que una persona tiene este tipo de distribución de grasa cuando su perímetro de cintura es muy elevado (mayor de 88 cm en las mujeres y de 102 cm en los hombres), o cuando el índice cintura-cadera es mayor de 0.8 en mujeres y de 1.0 en el caso de los hombres. Tener un exceso de grasa central o abdominal incrementa sustancialmente el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas.
Periférica o ginecoide. También llamada obesidad “en forma de pera”. Se considera que una persona tiene esta distribución de grasa cuando su perímetro de cintura no rebasa los límites mencionados arriba aún cuando su peso corporal sea superior al saludable.
El índice cintura cadera (ICC) se calcula dividiendo la circunferencia de la cintura entre la circunferencia de la cadera. Por ejemplo, si una mujer tiene una circunferencia de cintura de 92 cm y una circunferencia de cadera de 107 cm, dividiendo 92/107 obtenemos un ICC de 0.85, lo que significa que tiene una distribución de grasa central o en forma de manzana y un riesgo cardiovascular alto.
En general, los varones son más susceptibles a la obesidad central o abdominal, es por eso que a este tipo de acumulación de grasa se le llama también obesidad androide. Por otro lado, las mujeres son más susceptibles a tener una distribución periférica, también llamada ginecoide. Sin embargo también las mujeres, sobre todo después de la menopausia, pueden tener obesidad abdominal, por lo que no se considera que los patrones de distribución de grasa son específicos de género.
Que es la grasa visceral
La razón por la que la obesidad central resulta más peligrosa que la periférica es porque se correlaciona con una mayor acumulación de grasa visceral.
La localización de la grasa corporal juega un papel importante en la salud. La grasa subcutánea es la que se encuentra cerca de la superficie de la piel. Esta grasa es relativamente fácil de eliminar y su potencial para acarrear problemas de salud es menor que el de la llamada grasa visceral. La grasa visceral es la grasa que rodea los órganos internos. Este tipo de grasa es más difícil de eliminar y juegan un papel importante en la aparición de enfermedades crónicas.
El exceso de grasa visceral guarda una estrecha relación con el llamado síndrome metabólico, que a su vez incrementa el riesgo de diabetes y de enfermedades cardiovasculares. Y es que la acumulación de grasa visceral, y particularmente la acumulación de grasa en el hígado, incluso en pequeños excesos, puede inducir alteraciones metabólicas como la resistencia a la insulina.
Qué es la resistencia a la insulina
La insulina es una hormona que se produce en el páncreas y que es necesaria para que después de una comida, los azúcares producidos luego de la digestión y absorción puedan llegar a los tejidos donde son utilizados como combustible. Digamos que la insulina es el “portero” que facilita el acceso de los azúcares a las células. Su función principal es coordinar el aprovechamiento y almacenamiento de la energía de los alimentos.
La resistencia a la insulina es una respuesta defectuosa de la insulina en los tejidos corporales. Cuando hay resistencia a la insulina esta hormona no ejerce sus funciones biológicas normales, ocasionando como mecanismo de compensación un aumento en su producción. En un principio, esta compensación es suficiente para mantener niveles de glucosa en sangre normales, pero después de un tiempo, esta respuesta compensatoria es insuficiente y se acumulan demasiados azúcares en sangre conduciendo a hiperglucemia. Una persona con resistencia a la insulina puede tener niveles altos de glucosa y de insulina en sangre.
Las personas con resistencia a la insulina son mucho más susceptibles de padecer diabetes, endurecimiento de las arterias, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
La resistencia a la insulina habitualmente no ocasiona ningún síntoma, por lo que las personas con factores de riesgo deben chequear periódicamente sus niveles de glucosa e insulina en sangre.
Además de la distribución de grasa central, otros factores pueden predisponer a una persona a tener resistencia a la insulina como el sedentarismo, ser mayor de 45 años de edad y tener familiares directos que padezcan diabetes mellitus tipo 2.
Cómo se puede reducir la cintura y la grasa visceral
Para la gran mayoría de los adultos, la única forma de disminuir la circunferencia de la cintura es reducir el porcentaje de grasa corporal total. Esto a su vez solo puede lograrse quemando más calorías de las que se consumen.
Para reducir un kilogramo de grasa es necesario crear un déficit de aproximadamente 7000 kilocalorías. Para producir este déficit es necesario reducir unas 500 kcal por día e incrementar la actividad física diaria.
Además de ser baja en calorías, la dieta para reducir la cintura y grasa visceral debe ser baja en grasas saturadas y azúcares y rica en cereales integrales, legumbres, frutas y verduras. Es también importante evitar el consumo de alcohol y tabaco, así como reducir el consumo de sal.
La actividad física reduce el riesgo de padecer resistencia a la insulina no solo al favorecer el mantenimiento de un peso corporal sano, sino también a través de los propios beneficios metabólicos de este. Así que para prevenir y tratar la acumulación de grasa visceral y la resistencia a la insulina es importante practicar algún ejercicio físico de manera regular.