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Mi paz interior es la medida de mi éxito… Cuál es la tuya?

Mi paz interior es la medida de mi éxito… Cuál es la tuya?

Cuando logro reflexionar y estar en control de mis emociones, aparece mi tan preciada paz interior. Y es ahí cuando veo todo con mayor amplitud y claridad.

Mi paz interior es la medida de mi éxito… ¿Cuál es la tuya?

Mis mejores decisiones son las que tomo cuando dejo de lado los pensamientos negativos y la ansiedad. Cuando logro reflexionar y estar en control de mis emociones, aparece mi tan preciada paz interior. Y es ahí cuando veo todo con mayor amplitud y claridad.

En mi caso, mi genética está diseñada para anticiparme, para responder de manera rápida ante lo que percibo como una amenaza. Con el tiempo he aprendido que es ahí, justamente ahí, donde necesito mantenerme calmada. Cuando percibo una injusticia o las adversidades de la vida, calma. En medio del ruido de la ciudad, calma. Cuando aparece el miedo o el pánico, calma… tensión, calma…

Y créeme que no hace falta ir a la India para encontrar calma. Cometemos el error de ir a buscarla lejos…

No te estoy hablando de rendición o de sometimiento. Al contrario. Al estar presente, calmada, tranquila, no te estás dejando llevar. La vida no te arrastra. Con tu armonía interior, confiando en tus deseos y capacidades, y cuando estos actúan en sintonía con tu sabiduría, aparece la magia, aparece esta presencia calma.

Te dejo mis tips para lograr paz interior

¿Depende de vos?

Diferenciar entre lo que depende de vos y lo que no es uno de los principios básicos de la paz interior. En esta vida nos encontramos con tres tipos de situaciones: las que dependen de nosotros, las que dependen parcialmente y las que no dependen en absoluto de nosotros. Frente a las primeras, ocúpate, frente a las segundas, asegúrate de haber hecho tu parte y ante las últimas, acéptalas como vienen y busca estrategias para que te afecten lo menos posible. Resumiendo, ¿tenés un problema que te preocupa?, busca la manera de solucionarlo. ¿Se trata de un asunto que trasciende a tu propio campo de actuación?, acéptalo, es decir, soltalo…

¿Qué te estresa?

Saca el pie del acelerador. Presta atención a tu cuerpo. Observa como reaccionas ante determinados estímulos y aprende a identificar que situaciones te generan estrés. Separa lo que te hace bien de lo que no, higieniza tu vida. Crea una lista con las cosas que son verdaderamente prioritarias y dale al resto la importancia que realmente merecen.
Aprende a controlar tus impulsos, para ello lo mejor es tomar cierta perspectiva. Recordá que, aunque no puedas controlar la emoción, podés controlar tu reacción. Contá hasta veinte. Deja pasar las provocaciones, tener paz siempre es más interesante y beneficioso que tener razón.

La carrera de la vida debe transcurrir siempre en el territorio de la bondad. La bondad está íntimamente ligada a la paz interior. Pensá en el bienestar que sentís cuando sabes que hiciste lo correcto.

Los últimos estudios de la neuropsicología afirman que, aunque los humanos traemos la bondad de serie, dependiendo de nuestra capacidad para superar las adversidades, esta puede verse reforzada o debilitada. A diferencia de la maldad, que se aprende, y además con demasiada facilidad, la bondad debe ser cultivada diariamente y cuidada con esmero para que crezca y se manifieste constante y deliberadamente.

Comprométete con la ética en tu día a día. Las mejores acciones son aquellas que son objetivamente buenas. Recordá que el fin no justifica los medios y que ser buena persona es una decisión.

Viví hoy.

Este es un principio básico y esencial, bajo esta máxima se trabaja la terapia cognitiva del mindfulness. Estás viviendo el día de hoy, por tanto, centra tu presencia en aquello que vas a hacer HOY. Tu paz interior se rompe de manera frecuente por la anticipación constante del mañana y por miedos que, en muchos casos, nunca se harán realidad. Recordá la cantidad de horas que perdemos (todos) angustiados o estresados por cosas que nunca llegaron a suceder.

Aprende a ver lo que te rodea de manera pausada, enfocada. Todo es hermoso si se mira con calma. Interioriza esta idea y practícala. Pronto tu manera de hablar, de escribir, de comunicar trasmitirá esa misma calma.

Agradece

El agradecimiento es un sentimiento sutil y sofisticado, la virtud que distingue a los espíritus más elevados y a las inteligencias más desarrolladas. Un arte. Agradecer convierte lo que tenés en suficiente, por eso quien es agradecido, vive como si lo tuviera todo.

Tu nivel de felicidad aumenta cuando, de verdad, valoras más tus motivos de buena suerte y das menos importancia a aquello que te falta. Para fomentar la rutina de la gratitud como un valor prioritario podés comenzar cada día enumerando tres razones por las que dar gracias.

¿Cómo están tus relaciones personales?

La calma, al igual que la felicidad, es una casa con jardín. No es suficiente con tener el interior limpio y ordenado, además debemos proyectar un jardín que nos permita mantener la calma y elevar el coeficiente de felicidad. Las personas somos seres sociales, pasamos el setenta por ciento de nuestra vida en contacto con otras personas. Por eso resulta tan importante construir y mantener relaciones personales saludables.

Tu nivel de bienestar aumenta cuando cuidas esos vínculos sociales. Para ello, intenta construir esos vínculos de apego con la familia, amistad y compañerismo desde el respeto a la individualidad de cada ser humano. Todos somos únicos. Valorá a cada persona por sus virtudes y si identificas algún defecto, recordá que eso que te molesta debes trabajarlo en vos y no tratar de cambiar al otro.

En el mundo de la falta de tiempo, de la inmediatez y del estrés, quien logra mantener la calma, logra controlar su vida.
Tener paz interior es la nueva versión del éxito.

Cuando logro reflexionar y estar en control de mis emociones, aparece mi tan preciada paz interior. Y es ahí cuando veo todo con mayor amplitud y claridad.

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