En qué consiste comer atentos
Comer atentos implica consciencia, estar presentes en el momento en el que ingerimos los alimentos.
Una de las acciones más importantes que hacemos todos los días para el mantenimiento de nuestra vida es comer.
Así como respiramos de forma automática, nutrirnos necesita nuestra implicación. Conseguir la comida, cocinar, masticar…
¿Te imaginas si además le ponemos atención?
Cuando pensamos en una alimentación equilibrada, normalmente pensamos en la elección de los alimentos. Pero en mi opinión va mucho más allá. La manera en la que ingerimos nuestros alimentos, nuestra presencia en este momento es crucial para poder tener una alimentación equilibrada a largo plazo.
Beneficios de comer atentos
- Mejorar la relación con la comida.
- Aprender a distinguir cuando nos estamos cubriendo un hambre emocional o cuando tenemos hambre física.
- Despertar el placer al comer y beber con sencillez.
- Aprender a comer cuando realmente tenemos hambre física y hasta estar saciados.
- Comer con tranquilidad y masticar cada bocado.
Meditación en acción.
Todo puede ser una forma de meditación si estamos presentes en nuestra experiencia. Los momentos de las comidas son un estupendo momento para practicar este tipo de meditación.
Cómo practicar la atención en las comidas
1.-Hace una pausa antes de empezar a comer.
Respira, agradece todos los ricos y nutritivos alimentos que tenes disponibles justo en ese momento.
2.-Observa cada tipo de alimento, comiendo con la vista.
Fíjate en los colores, texturas, formas y disposición de los alimentos en el plato.
Ole la fragancia de los alimentos que tenes dispuestos para comer.
3.-Centrate en el acto de comer.
Siéntate en cada comida. Apaga el móvil, la televisión o cualquier otro medio que pueda distraerte.
Cuando estamos pensando o ocupados en otras cosas, la función consciente permanece apagada. Así podemos comernos un pastel entero sin darnos cuenta, y además, sin disfrutarlo.
Come de forma pausada y tranquila.
Si observas que perdes la atención y estás comiendo sin saborear, detenete y hace una pausa para volver a mirar la comida y comenzar de nuevo observando el resto de sensaciones.
4.-Mastica bien cada bocado.
Como ya sabes, los beneficios de la masticación son muchos. Entre ellos destaco la mejoría que vas a notar en tus digestiones y en la asimilación de nutrientes. Y también en la cantidad de comida que ingerimos. Ya que al comer más despacio sos más consciente de que estás saciado.
La sensación de saciedad tarda unos 20 minutos en darse. Por lo que si comes rápido es más probable que comas más cantidad de comida que la que necesitas.
Come con palillos. O si comes con tenedor, después de cada bocado, deja el tenedor sobre la mesa. Y no lo vuelvas a coger hasta no haber masticado y tragado ese bocado.
5.-Haz de cada comida una comida festiva.
Pon un mantel que te guste en la mesa, con platos bonitos, presenta tus recetas de forma que sean atractivas a la vista.
Aunque se trate de la receta más sencilla, te aseguro que puedes hacerla una receta festiva. Y hacer del momento de la comida una celebración.
6.-Planifica tus comidas.
Es muy práctico escribir un menú semanal en papel. Así ya tendrás la lista de la compra hecha. No tendrás que estar pensando todos los días que vas a comer. Y no tendrás la necesidad de improvisar y comer lo “primero que encuetres a mano” porque no tenías nada preparado.
Cómo superar las dificultades
Quizás estés ahora pensando que lo pongo muy bonito pero que a la hora de practicar no es tan sencillo.
Y yo tengo una pregunta para vos.
¿Qué queres para vos? Lo mejor o cualquier cosa.
Si queres lo mejor tendrás que ofrecerte lo mejor para vos y tendrás que tratarte de la mejor manera posible. Los alimentos que elegimos, como los cocinamos y como los comemos son un acto de amor hacia una misma.
Todos los cambios requieren de convencimiento, ganas, y practicar y practicar.
Para aprender cualquier cosa nueva, por ejemplo un idioma, empleamos tiempo, vamos a clase o de viaje a países que nos permitan practicar.
Cambiar de hábitos también requiere de un aprendizaje y por tanto de tiempo y empeño y ganas.
Y la recompensa es tan satisfactoria que ya no podrás dejar de comer con atención.