Después de muchos años de investigar, cuestionar e indagarme, entendí lo que tengo que hacer para organizar mi cocina, mi vida y mantener a raya mi salud mental.
¿Qué fue lo que hice? Deje de escuchar a tooooodos esos expertos sobre todo lo que debía hacer y qué super-alimentos incluir en mis comidas para estar saludable y plena.
Intentar llevar adelante todos esos consejos que te dicen que tomes jugo de limón cada mañana, un jugo verde que sea instagrameable toooodos los días, almuerzos y cenas preparadas por un chef con, al menos, una estrella Michelin, además de atender a tus hijos adolescentes, tener una pareja que te estimule en todos los niveles, rendir en el trabajo al máximo, cuidar a tus padres ya mayores… No hay manera de mantener la cordura. Y es ahí cuando todo te importa NADA!
Mi mantra es que es preferible un 10% de algo a un 100% de nada. La perfección te impide avanzar y te mantiene ahí, igual, año tras año, y cuando te diste cuenta, tus hijos se fueron del nido, y vos te quedaste sin energía, agotada, y con un montón de dolores…
Simplemente, reconocí mi sabiduría innata y recuperé mi sentido común. Estas dos aptitudes las tenemos todas!
Decidí alimentarme y vivir de una manera más simple.
La única regla que sigo es estar lo más lejos posible de los químicos. Esos no los quiero en mis comidas ni en mi casa en general.
Basar mi alimentación en alimentos de verdad, con energía natural, me da a mí, esa vitalidad y energía que necesito, día a día, para todos los desafíos que la vida me enfrenta.
También me está ayudando a pasar la menopausia de una manera totalmente inadvertida: tengo ciclos irregulares, no tengo calores, duermo genial, no noto alteraciones hormonales, tengo la piel bien y mi peso y presión arterial están normales.
Te cuento todo esto para que, si te interesa, pases por mi web y veas las posibilidades de trabajar juntas para que encuentres el estilo de vida que te funcione a VOS en el cual te sientas plena.
No dudes en escribirme por aquí para cualquier consulta.
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