Seguramente cada vez que emprendes una dieta, sabes, que habrá un efecto rebote, no? ¿Es lo que te pasó en los últimos intentos de alcanzar el peso con el cual te sentís cómoda… no?
Con la llegada de fin de año, sin lugar a dudas, nos volvemos a plantear varios objetivos, y entre ellos esta hacer dieta!!!. Hasta ahí… todo bien… pero…
Pero como todo el mundo sabe, todo lo que se empieza también acaba. El tema está cómo y cuándo se acaba.
Te pregunto: ¿Cuántas dietas realizaste a lo largo de tu vida? ¿Cuánto tiempo te duraron los resultados obtenidos?
Se sabe que un gran porcentaje de personas inician una dieta para adelgazar y no logran su objetivo. Muchas incluso sufren un efecto reboté, se sienten culpables o les pesa cierto sentimiento de fracaso. ¿Te resulta familiar?
Y es que hacer una dieta no es “palo y a la bolsa”! Cualquier cambio de hábitos alimentarios supone esfuerzo, perseverancia y toma de conciencia.
Prochaska y DiClemente, dos eminencias de la psicología, definieron muy bien las fases que hay en cualquier proceso de cambio. Las plasmaron en la llamada “rueda del cambio”. Las fases son: la precontemplación, la contemplación, la acción, el mantenimiento, la recaída y finalmente, la salida permanente.
Hoy te quiero pasar algunos tips que te ayudarán a seguir avanzando hacia tu propósito nutricional y a no perderte en el camino…
Cualquier proceso de cambio da vueltas, no es lineal. ¡Muy interesante! Es decir, se pasa por las distintas fases varias veces hasta llegar a la salida permanente; es decir, dejar de estar a dieta. Y, además, será en forma de espiral Esto quiere decir que, a cada vuelta, se está más cerca de llegar a la meta.
En la fase de precontemplación aparecen algunos pensamientos lejanos sobre mejorar los hábitos alimentarios o bajar de peso.
Debe existir una actitud activa. Hay que pasar a la acción. Una vez tomada la decisión, de haber visto que hay más pros que contras, hay que ponerse a trabajar: diseñar un plan de acción y ejecutarlo.
El mantenimiento sostenido es lo que permite salir de la rueda y, a su vez, donde se pueden dar las recaídas.
Las temidas recaídas existen. Saber que se puede dar algún paso hacia atrás, incluso muchos, y que nada está perdido, es sinceramente aliviador. ¡Y es que es tan fácil recaer! Cuestión de milisegundos.
Decime si esto no te ocurrió más de una vez: Estás en un bar con amigas. Ponen una picadita en la mesa. Y de repente, no sabés cómo, estás comiendo unas papas fritas y algo más. ¿A caso no te paso de encontrarte con un alimento en la mano que no querías comer? Y es cuando decimos: ¿Cómo llegó esto hasta mis manos?... y de ahí a mi boca… (ay!!!)
Por lo tanto, es normal que una persona realice diversas dietas antes de lograr hacer el cambio real y estable de hábitos. Lo más importante es aprender de los aciertos y de los errores de cada vuelta. Henry Ford decía que “el fracaso es una gran oportunidad para empezar de nuevo con más inteligencia”.
Un buen ejercicio es reflexionar sobre el error y la solución para futuras ocasiones. Por ejemplo: “He comido una picada con cerveza”. Solución: la próxima vez que salga a comer con mis amigas me pediré algo que me guste y no me boicotee como por ejemplo unas papas al horno y no tomo cerveza.”
La idea, por supuesto, de explicar la recaída, no es proponerte tirar todo por la borda, sino que vuelvas a retomar el camino en caso de un desliz y a recuperar la motivación.
Motivación y pensamientos saboteadores… aquí esta la cuestión…
Hablando de motivación, ¿qué es la motivación? La motivación es acción. Es ponerse en movimiento para lograr un objetivo
La motivación es fluctuante. En ocasiones parece que nos abandona, y es entonces cuando los pensamientos saboteadores se presentan...
Llamo pensamientos saboteadores a todas esas frases que vienen por arte de magia a la mente tipo: “Total, solo es un día”, “por un día que me salte la dieta no pasa nada”, “es que hoy me lo merezco”, “todos los demás van a comer esto y yo no quiero dar la nota”, “es que hoy tengo mucha ansiedad”, “ya empezaré de nuevo el próximo lunes” … ¿Se te ocurren más? Seguro que si!
Te propongo que te preguntes, que pares un ratito, e indagues en que sucedería si haces caso a esos pensamientos, si estos te llevaran donde querés estar, que es a ese estado de salud y brillo personal…o no…
Y ¿cuándo te salís definitivamente de este círculo de dietas sin fin? La puerta de salida es cuando se integra la dieta como parte de la vida, es decir cuando ya forma parte de tus hábitos el cuidarte y tener en cuenta tus objetivos…
Y esto será cuando:
- Cambies tu relación con la comida y dejes de estar en “modo dieta”.
- Cuando conectes tus valores personales con un estilo de alimentación que este acorde.
- Cuando tu estilo de vida te proporcione beneficios tanto físicos como emocionales.
- Cuando todo esto sea natural y forme parte de tu estilo de vida.
- Cuando tengas presente que sos la responsable del cambio y de TU VIDA!!!
Si te resuenan estos temas, te cuento que con Brilla podrás trabajarlos y definir una estrategia que sea tuya y personal para que la integres a tu vida y recuperes tu bienestar. Te espero!!!